viernes, 3 de agosto de 2007

Una lectura chistosa del 'Código Da Vinci' y demás pendejadas

Hace unas semanas, gracias a la tecnología de la televisión por cable y demás estupideces, pude ver en Código Da Vinci, sin necesidad de ir a una sala de cine repleta de gente creyéndosela, un año después o más. La ví, en realidad la ví porque no tenía nada que hacer y dormir la cabeza por un rato me viene bien últimamente en estos días de pensamiento rumiante y desastrozo. Total, comenzó y se terminó, adiviné un par de cosas, la película me valió madre, pero le encontré un mensajito fascinante y no sè si en realidad lo tenía o yo me lo inventé, pero resulta que Audrey Tatou, que actúa ahí siendo una Sophie, termina siendo como descendiente de Jesús, si, el mismísimo, el de las sandalias. No me importa mucho todo este asunto de las familias y los hijos y mucho menos el de los dioses... pero me pareció maravilloso y digno de asombro el hecho de que la señorita que es descendiente del señor este es Amélie. Pienso que si hay o hubiese dioses tendrían hijos tan fantásticos como Amèlie Poulain, que caminan con música de fondo de Yann Tiersen y con copetes oscuros y pieles muy blancas. Eso me alegró.

El lunes se murió Ingmar Bergman, cuando yo estaba en la universidad nos pusieron películas de él, un maestro bastante entusiasta que se despertaba en la realidad de la escuela, una llena de estudiantes nada entusiastas y enamorados de los celulares... también recuerdo que vimos Satiricón y me quedé dormida... y ya sé qué van a pensar, pero no, ni si quiera lo piensen, mi película favorita de todos los tiempos es "la Dolce vita" en realidad me quedé dormida por otros asuntos menos italianos, más bien ridículos, de amor.

también se murió Antonioni... las babas del diablo seestán secando. Todos se mueren.

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