viernes, 28 de marzo de 2008

Ashes and Snow



Feather to fire, fire to blood, blood to bone, bone to marrow, marrow to ashes, ashes to snow.



La foto y la frase son de la exposición "Ashes and Snow" de Gregory Colbert, hoy la ví por segunda vez; ella y yo tenemos una historia, mañana u otro día la cuento.

Quiero haber tomado esta foto


Samuel Eto'o es de Camerún. Camerún está en África. Camerún tenía, al 2004, 1 millón cuatrocientos y tantos mil habitantes. El señor Eto'o y su familia son parte de esa cifra, creo.
El señor Eto'o juega en el Barcelona. El señor Eto'o estuvo lesionado durante mucho tiempo hace tiempo y durante los partidos del FútbolClubBarcelona, él estaba en la tribuna, muy elegante, con guantes, abrigo y gorro. En Europa hace más frío que en África.

El chico sonriente se llama Bojan Krkic (con acento en la c pero no puedo ponerlo) Pérez, como yo. Bojan Krkic Pérez tiene madre española y padre serbio. Serbia fué, en alguna época, uno de mis países favoritos. Emir Kusturica es serbio, como el padre de Bojan Krkic, hombre al cual el señor Eto'o toma una fotografía al final de no sé qué encuentro deportivo, pero creo que en ese partido Bojan metió por lo menos dos goles. La fotografía la saqué de por ahí, seguro el diario Marca o una cosa de esas.

Serbia está lejos de Camerún. Camerún es más caliente que Serbia. Serbia es más frío que Camerún.

¿De quién era esa cámara?

Quisiera haber tomado esa foto, la foto de la foto que toma el señor Eto'o, quiero estar o haber estado ahí, reirme con Bojan Kckic Pérez de Samuel Eto'o cambiando de profesión.

martes, 25 de marzo de 2008

Georges Bataille



Me gustaría tener tu retrato. Es una idea que se apoderado de mí. Hay un excelente fotógrafo en El Havre. Pero temo que esto ahora no sea posible. Sería necesario que yo estuviera presente. Tú no entiendes de ello, todos los fotógrafos, aunque sean excelentes, tienen manías ridículas: consideran que es una buena imagen una imagen en que todas las verrugas, todas las arrugas, todos los defectos, todas las trivialidades del rostro se hacen visibles, muy exageradas: cuanto más dura es la imagen, más contentos se quedan. Además, yo querría que el rostro tuviera al menos la dimensión de una o dos pulgadas. En París no hay nadie que sepa hacer lo que yo deseo, es decir, un retrato exacto, pero que tenga la indefinición de un dibujo. Bueno, ya pensaremos en esto ¿verdad?.




De una carta que escribió el señor Georges Bataille a su madre.
Georges Bataille fué un gran señor con mucho de místico y autor de un libro que una vez me prestó una mujer llamada Karina. Ahora por supuesto, está muerto.

lunes, 24 de marzo de 2008

truco de magia

No puedo decir que no hice trampa, de alguna forma pretendía que te acercaras a mí, pero yo me acerqué primero, diciendo frases incompletas, rascándote la espalda, decodificando hojas... pero no gané, ni perdí.

Sé que conocías a este fotógrafo pero no sabías cómo se llamaba, yo sabía cómo se llamaba pero no lo conocía. Fuimos, la entrada del museo me costó 15 pesos, tú mostraste tu credencial de maestro de no sé qué diablos, yo abrí mi cartera y entregué tres monedas, dejé mi mochila en la paquetería junto con la tuya, fuimos a la sala, regresé a la consigna por mis lentes y por alguna razón le cerré el ojo a un tipo al lado mío, tú dijiste "ya te ví" y me reí, no sé por qué, ni siquiera sé bien si me alegró que me celaras, en verdad me dió más bien vergüenza.

Caminamos, ese museo es muy blanco y muy frío, pero me gusta, tú no sabes pero ya había ido varias veces, me acuerdo que una vez había una expo con unas maletas abiertas, con todo y mapas, nunca supe de quién era y si supe no me acuerdo; ahora estábamos ahí tu y yo como pensé que sucedería desde que te avisé que iría a la ciudad.

- Me encanta esta -

- De qué está manchada la camiseta?

- No sé, no veo bien.

- Vente de este lado.

Y ví mucho mejor.

¿Quién eres?

¿Cuál de todos eres?

¿Por qué no puedo atraparte, adivinarte, describirte?

Se acaba, platicamos, haces bromas que no me hacen reir pero me da gusto que te atrevas a decir esas tonterías, deseo enormemente besarte, recargas tu cabeza en mis piernas viendo al señor que camina de forma exagerada en el perimétro de un cuadrado, algo hice que te da risa, no quiero acordarme pero sí sé qué es. Quiero tenerte al lado. Te tengo al lado.

Vamos al metro, no quiero ir, quiero estar al lado de tí nomás.

Cruzamos una calle, caminamos por un lugar muy angosto, voy atrás de tí.

- ¿Qué tienes?

- Nada

- En qué piensas entonces...

- En que no tengo dónde vivir...

- Y por eso estás así?

- No

- ¿Qué tienes entonces?

Y entonces empiezo a escupir palabras sin sentido unas con otras, llena de "perooo" "es que..." "no sé"...

Dices "Qué curioso, no? Cómo uno puede tener algo claro en la cabeza y aún así no poderlo decir"

Me dan ganas terribles de llorar, me abrazas y me dices algo como de que te das cuenta de lo que siento o de que me siento mal, ahora lágrimas pero me abrazas y no ves, yo entre el agua y tu chamarra alcanzo a ver una niña con su mamá y con un peinado que incluye un moño. Lloro.

"Ay Roberto" te digo y me empiezo a reir, me quieres soltar y digo "no no, no hay que subirnos a este metro, hay que esperarnos al otro, hay que dejar que pase este metro, porfa".

Y empiezo a hablar, a decirte que quiero estar contigo o algo parecido. Nos subimos al vagón, me queda una estación para explicarte y te digo "no me voy a bajar hasta que termine de hablar" y dices "mejor".

Hablo, me gustas, quiero estar contigo, todas esas cosas explico.

Dices cosas buenas sobre mí, lo que dice la gente. No quiero que digas cosas buenas, quiero que digas que quieres estar conmigo. No dices eso. Dices un montón de cosas que incluyen Oaxaca, Guadalajara, lejos, amor, no funciona, ya sabemos, 2 meses cuando mucho, no quiero pagar larga distancia.

- Pero ahora estoy aquí.

- Y mañana?

Te propongo hacer un sorteo, para elegir el tipo de relación que tendremos, te ries y me acaricias el cabello. De pronto siento que soy una niña y tu intentas que entienda cosas de adultos. Que soy una niña que quiere subirse al volantin y tu dices "No Ara, ya es noche, no podemos subir" y yo no entiendo por qué, si estamos aquí, no podemos subirnos y marearnos y vomitar si es preciso.

- Y ahora qué? Cómo voy a seguir saliendo contigo?

- ¿Cómo?

- Pues sí, esto es como si te hubiera ya revelado el secreto de cómo se hace un truco de magia, la próxima vez no voy a poder presentar el mismo truco, ya no te sorprenderías.

- Pero puedes mejorarlo, eres maga.

- Ya me voy entonces, a las clases de magia.

- Qué linda eres.

(aaaaaaaaaaaarg!)

Todo el camino a casa me voy sintiéndo terrible, quiero oír canciones tristes y acostarme en la cama de la mamá de Aned. Llego a la casa, ella mira una película en italiano, le cuento, de pronto pienso que no es tan malo, que por primera vez en mucho tiempo dije la verdad sobre algo que sentía.