La exposición de Herejías en el Centro de la Imagen en la Ciudad de México, es una de las 60 exposiciones que abarca este proyecto del fotógrafo mexicano Pedro Meyer. Las 60 exposiciones están repartidas en distintos museos y galerías del mundo y se inauguraron simultáneamente. El nombre de “Herejías” obedece al hecho de que el fotógrafo ha sido considerado de alguna forma hereje en el mundo de la imagen debido a que ha combinado la técnica digital con la ánaloga y ha asegurado, que ambas, las imágenes manipuladas digitalmente y las que no, tienen algo de reales y ficticias.
Conocía el nombre del artista y algunas de sus fotos pero nunca había tenido la oportunidad de asistir a alguna de sus muestras hasta hoy. La exposición cuenta con varios trabajos de distintos temas y la primer fotografía, “Piloto Bangladesi sobre Tokyo” (2004), ejemplifica muy bien lo que ví a lo largo del recorrido. Es un fotomontaje, un niño que parece de bajos recursos, en una nave curiosa, colorida, sobre una ciudad llena de edificios modernos, eso es lo que vemos en las obras de Meyer, una combinación de culturas, de significados, la presencia de dos mundos en uno mismo, la foto. Dos mundos diferentes que se cruzan, por él en algunas fotos, mediante manipulación digital y también, combinaciones “naturales”, fortuitas, de buena suerte del fotógrafo que pasó por ahí, que supo dónde buscar, como la fotografía “Calle independencia”(1991) que es una fotografía hecha con la técnica análoga, de una mujer humimlde, parada frente a una pared que tiene a Mickey Mouse dibujado y con un letrero en la esquina que anuncia el nombre de la calle, Independencia. Las fotografías de Meyer, están cargadas de sorpresas, de una broma, de ironía y de un sentimiento que nos invita a observar con cuidado, a querer descifrar de pronto, (porque me descubrí haciéndolo) qué parte, de las fotografías manipuladas, era lo manipulado y qué parte lo registrado con la cámara. Esta unión de los dos mundos nos invita a la reflexión, ¿qué es lo real?¿qué es lo artificial?, ¿sigue siendo fotografía cuando ha sido manipulada digitalmente al punto de parecer pintura?. En la serie Pincel/Pixel, se muestran disntintas fotografías manipuladas de tal forma que asemejan una pintura, uno puede notar las pinceladas de un pincel que no hubo, de una función digital que lo provocó, como si fueran pintadas, como si fuera una pintura pero al acercase uno, descubre que el pixel es el verdadero pincel, que no hay textura en la imagen, que es lisa, que no es oleo, ni pasta, nos juega una broma, nos enseña nuevas técnicas, más opciones y creo que esto es lo más valioso de su obra.
Forma parte también de la exposición, un video que contiene fotografías de la familia de Pedro Meyer, principalmente de sus padres y que está narrado por él, en la narración, el artista explica cuándo tomó la foto y lo que sucedía en el momento; se narra el matrimonio de sus padres, sus actividades, el exilio (eran alemanes, se fueron a España, después a México), el desarrollo de su vida, su enfermedad y la muerte. Esta pieza es de un carácter muy personal, Meyer no sale en ninguna fotografía pero explica cada momento fotografiado y los momentos y situaciones ahí plasmadas son de una intensidad y una fuerza que me emocionaron de forma tal que me provocó el llanto. Hay ahí contenidas fotografías que muestran el deterioro de su padre a causa del cáncer que padecía, que muestran la fortaleza con la que luchaba por la vida, la compañía incondicional de su esposa, el momento en el que descubre que tiene un túmor cerebral e incluso los cuerpos de los fallecidos padres. Me pregunté, saliendo de la sala donde se proyectaba el video, qué tanto de la vida del artista quiero conocer, qué tanto quiero recibir de él, por qué me contó su vida, su dolor, hasta que descubrí que siempre lo hace, que cuando toma una fotografía está tomándose a sí mismo, diciéndome “esto es lo que ví”, esto fue lo que me tocó de este paisaje, de esta ceremonia, de este rostro. Viendo el video también reconocí la vocación tan grande de fotógrafo que tiene Meyer puesto que en momentos tan duros como cuando escribían un letrero para la tumba de su madre, el recibir la noticia del tumor de su padre, él estaba ahí, con su cámara, haciendo una fotografía de ese paisaje; tal vez para algunos haya resultado grotesco o insensible que el autor expusiera una foto del cadaver de su padre y aún más, haber pensado en tomar una fotografía en ese momento, pero creo que el tomar una foto no necesariamente es desvalorizar el momento, incluso puede llegar a ser lo contrario. A mí me llamó mucho la atención esta pieza en particular, este video, justo presentado en una exposición retrospectiva de su obra, pero ahora lo entiendo, no pudo haber tenido mejor lugar para ser proyectado, su obra está determinada por sus sentimientos y de alguna forma esas fotografías fuera de la sala de proyección también narraban su dolor, su alegría, los momentos de su vida, también son desgarradoras, tristes, emocionantes, tanto como la narración de su experiencia de vida y creo que lo más valioso y lo que más me maravilló de esta exposición fue eso, que logré cruzar un puente entre autor-espectador, y el autor resultó ser una persona maravillosa.
La fotografía es "Todos somos palomas" de Pedro Meyer,
sólo la puse aquí porque es linda, ni me la robo ni nada.
1 comentario:
uups, Interesante tu post.
También conocía poco de Pedro Meyer, y fui a la expo al Centro de la Imagen.
Debo confesar que de manera personal me quedaba en el limbo pensando en las gente que es protagonista de las fotos...
Tal vez pensaba que estaba ahí mirando a la vez que era observada, qué se yo...
Buena expo, buen esfuerzo.. te paso la liga en donde están galerias en linea, más y más fotos de meyer.
Yo opto por las galerias en persona..., debo confesar qe andaba medio escéptica respecto a que las fotos no fueron impresas de manera tradicional, sino con impresoras HP... sin embargo me quedé con una muy buena impresion (valga la rebundancia).
pS vale, le despido, hereje!!!!
si tienes quejas...
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