jueves, 29 de enero de 2009

Yo también quiero ser bonita.



Siempre pensé que a mí no me importaba compararme con otras mujeres pero es que no conocía a otras mujeres, conocía chicas que entraban al baño de mujeres, que se miraban en el espejo y que se acomodaban la falda, que se doblaban las calcetas al tobillo y que se pintaban los ojos. Me sentía tan ajena a ellas que nunca me puse al lado de ellas a paragonar nada, tal vez de pronto me preguntaba cuál de las dos faldas del colegio era más corta, pero nada más.

Tuve que cumplir veintitantos para reconocer que soy mujer como las demás que están en el baño, incluso me sigo sintiendo ajena pero no lo soy, me gusta Brad Pit ahora que es viejo y lo odié siempre en la secundaria; me acuerdo que deseaba haber nacido hombre porque cuando iba en la prepa mis amigos hombres se podían quedar a dormir en las fiestas y las mujeres no, las pocas mujeres que se quedaban a pasar la noche en medio de colillas de cigarro y latas de cerveza eran las que tenían problemas en su casa, las que tenían piercings a los 16 y estaban repitiendo todavía materias de 2do, yo sacaba dieces y leía a Borges, mis papás y yo nos llevabamos genial, entonces jamás les pedí permiso para dormir en casa de Pancho, sólo pensaba que si hubiera sido hombre, dormir ahí no significaría tirarme a todos (aunque eso hubiera estado padre porque unos estaban guapos).

Renegué de ser mujer sin odiar a las mujeres, pero me fastidiaba de pronto reconocer que no sería hombre jamás, siempre me he sentido atraída por ellos y esto no es una confesión de lesbianismo, sólo que no me sentía suficientemente mujer como para llamarme mujer hasta el día que conocí mujeres que se parecían a mí, ese día tuve celos y conté secretos en un baño, hacía llamadas telefónicas de horas y reía burlandome de alguien.

Fuí mujer, soy mujer ahora. Me preocupa el tamaño de mi cadera y el de mis pechos, me entero de que es momento de sacarme la ceja, me pongo perfume, quiero ser bonita, quiero ser más bonita que alguna por lo menos y aunque aún sigo sintiéndome ajena a la feminidad abosluta me reconozco mujer en cosas terribles y en cosas lindas, pero soy mujer, quiero ser reconocida como mujer, quiero oler lindo, enrollar mis cabellos en el dedo de alguien, tener los hombros suaves y la voz menos grave que la de él.


La foto es de una exposición llamada "The Kate Show" de Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin.

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